Como pasa constantemente en el mundo educativo, las ideas
que se tienen son buenas pero a la hora
de aplicarlas los profesores prefieren no realizar cambios, no fallar en su
enseñanza y limitarse a seguir enseñando como lo hacían hasta el momento.
Por muy perfecto que parezca el aprendizaje autorregulado
llevarlo a cabo dentro del aula no resulta tan sencillo. ¿Cómo es posible
motivar a los alumnos a aprender? ¿Cómo es posible que aprendan a guiarse por
sí mismos? No es una tarea fácil, pero mucho menos imposible.
Hay que enseñar a los alumnos a realizar una serie de pasos
a la hora de ponerse a trabajar y que, a partir de esos pasos aplicados en las
diferentes tareas los alumnos los interioricen y los realicen inconscientemente
en un futuro.
Para empezar con esto habría que tener muy claro qué pasos
les vas a hacer llevar a cabo. Al principio esto quizás les pueda resultar a
los alumnos algo “aburrido” o una “pérdida de tiempo”, pero si se les motiva lo
suficiente y se les hace ver lo fácil que resulta trabajar a partir de un
esquema claro empezarán a trabajar como se les pida.
Hay que dejar a los alumnos trabajar por su cuenta,
plantearles retos y motivarles a solucionarlos por sus propios medios. Si al
alumno no se le da la oportunidad de aprender por sí mismo ni se le dan las
estrategias para poder hacerlo se acomodará, aprenderá lo que el profesor le
enseñe, estudiará cuando tenga que hacerlo y ahí se limitará su aprendizaje, no
buscará aprender más de la cuenta ni querrá de alguna manera “complicarse la
vida”.
Si les damos las claves para el éxito, ellos sabrán llegar a
él.
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