Argyris y Schön (1974) señalan que los profesores tienen dos
teorías diferentes: una basada en lo que dicen y otra en lo que hacen.
Cuando se les pregunta sobre su actuación en un momento
determinado, la respuesta normalmente refleja la teoría que asume para esa
situación, la teoría más adecuada para sus oyentes, mientras que, si se le
observa ante esa misma situación, su actuación puede ser totalmente diferente.
Esta teoría fue una de las que más me sorprendió en la
lectura del libro Aprendizaje y enseñanza en el siglo XXI. Esto es algo que
fácilmente se puede observar en el sistema educativo y algo que en mi opinión,
hay que hacer ver y reflexionar sobre ello a los docentes.
Las consecuencias de ésta “bipolaridad” pueden ser muy
significativas en el aprendizaje de los alumnos y es importante que los
docentes sean conscientes de ello.
Ya es hora de empezar a ser coherentes entre lo que se dice y lo que se hace, no hay que olvidar el papel de modelo que tienen los profesores sobre los alumnos.
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